Pasar al contenido principal

UN NUEVO CRISTO PARA YERBAS BUENAS

Recuperando colecciones

UN NUEVO CRISTO PARA YERBAS BUENAS

Publicado el 28/07/2011
En el marco del proyecto de acciones complementarias "Programa de estudio y restauración de obras: puesta en valor de las colecciones Dibam", se están realizando los trabajos de conservación y restauración de un Crucifijo de gran formato perteneciente al Museo Histórico de Yerbas Buenas.

Durante el primer semestre del presente año el Museo Histórico de Yerbas Buenas solicitó la restauración de un crucifijo de gran formato al Laboratorio de Monumentos. La intervención de esta escultura es de gran importancia para el laboratorio debido al desafío que implica la intervención de una imagen de estas dimensiones y con los daños que presentaba. El origen de esta obra es impreciso y desconocido. Solo se conocen datos sobre el contexto inmediatamente anterior a esta intervención que datan de 1976, fecha a partir de la cual la imagen ha sido expuesta en el Museo Histórico de Yerbas Buenas. La escultura representa la figura agónica de Jesús crucificado que corresponde iconográficamente a Cristo clavado en el patibulum. Esta forma de representación comienza en el período Románico (s.V) específicamente la Maiestas Domini, Cristo en la Cruz, rígido, con tres clavos, ojos abiertos, corona y cubierto con túnica o amplio paño de pureza, dicha descripción corresponde a la imagen en estudio. Las intervenciones son llevadas a cabo por las restauradoras- conservadoras Ana María Soffia y Gabriela Neyra, y con la colaboración directa de la practicante experta en restauración de madera Mildred Aguilera. El crucifijo llegó al Laboratorio con graves problemas en su estructura, ya que todas las uniones de las distintas piezas de madera que la componen, como brazos, manos, máscara y pies, se encontraban debilitadas o definitivamente desprendidas. Así mismo, la Cruz que lo sostenía también mostraba serios daños en la crucería. Esta condición hacía imposible su montaje. Luego de realizar una limpieza superficial a la figura se priorizó como acción de conservación la reconstrucción de todas las uniones en mal estado. Esto significó desmontar cuidadosamente todas las partes semi-desprendidas y posteriormente reconstruir los distintos ensambles. Se reemplazó los clavos existentes por tarugos, más compatibles con la técnica de madera policromada. Una de las intervenciones más significativas fue la elaboración de un injerto realizado en madera para la reconstitución de una zona faltante en la cadera, con el fin de prevenir futuros deterioros en la madera expuesta Este injerto completa la grieta ocasionada naturalmente, producto del secado brusco del material. La participación de Mildred Aguilera, practicante experta en el trabajo de la madera, fue fundamental en la recuperación de la Cruz para lo cual fue necesario rehacer el ensamble dañado de la crucería. Actualmente se trabaja rigurosamente en la recuperación de la capa de preparación la cual presentaba numerosos faltantes que impedían una adecuada lectura estética de la obra. Este trabajo debe ser especialmente prolijo con el fin de obtener una superficie similar a la original y óptima para realizar la reintegración cromática en una última etapa de la intervención.