Samy Benmayor en el CNCR
La Galería Gabriela Mistral tuvo mucho interés desde el principio en seguir el proceso de restauración, documentando en video cada fase, desde la recogida de la obra en el taller del artista hasta su inauguración en la 5º Feria de Arte Contemporáneo Chaco, que tuvo lugar en la Estación Mapocho desde el 27 al 30 de Septiembre.
En medio de este proceso, el Laboratorio de Pintura mostró gran interés por invitar al propio artista y poder así conversar con él sobre su proceso creativo y lo que la obra significó para su carrera en ese momento de su juventud, su técnica y su significado, a lo que Benmayor respondió con total disposición.
El 29 de agosto recibimos a las visitas, incluyendo a la directora y a la encargada de colección de arte moderno de la Galería Gabriela Mistral y a un equipo de documentalistas que inmortalizarían la visita al CNCR. La conservadora jefe del laboratorio, Carolina Ossa, realizó una entrevista al artista acerca de su método creativo, los materiales que utilizó e incluso nos contó cómo fue esa época de su vida creativa, convulsa, apasionada y "obsesionada con la capacidad o la incapacidad de amar...".
A continuación, la restauradora encargada de la intervención, Talía Angulo, explicó algunos de los tratamientos a los que se había sometido la obra hasta ese momento, como fue la consolidación de los estratos pictóricos, que presentaban craquelados y riesgo de desprendimiento. También se cambió el bastidor por uno nuevo, más apropiado para una obra de gran tamaño como "Calzoncillo y la lengua de erizo"; más resistente, hecho de madera de mañío y por el que el artista se interesó y apreció notablemente.
Finalmente, la conservadora Ángela Benavente llevó a cabo un análisis de la obra con I.R., que nos permitieron conocer mejor su proceso creativo, mientras que él mismo explicaba su técnica en aquella época y su evolución en el tiempo, con lo que entendimos mucho mejor su lenguaje, su expresividad y, sobretodo, su sentido del humor.
Ya fuera de cámara, realizó una visita al resto del laboratorio y no dejó de asombrarse de las obras antiguas que se restauraban junto a la suya, dando lugar a una escena divertida en la que Benmayor posó para la foto entre su obra y un retrato del General San Martín que pertenece al Museo Histórico.
